sábado, 27 de febrero de 2016

lunes, 1 de febrero de 2016

T3. IDLE DE PYTHON 3

PICO DE TABORNO, UN PITÓN DE INTRUSIÓN VOLCÁNICA EN EL PARQUE RURAL DE ANAGA, CON BREZOS EN PRIMER PLANO, ESTE DE TENERIFE.

      Imaginemos, tal y como nos muestra la captura inferior, que estamos desarrollando un programa y se produce un error (aprovechamos para recordar que en la nomenclatura de Python, a esta clase de evento se la denomina lanzar una excepción, como ya hemos dicho en ocasiones anteriores). Nuestro programa ya cuenta con un tamaño considerable, con un bloque de contenido más o menos grueso, y nos molesta ver ese texto en rojo centrando nuestra atención, más si cabe si sólo estamos codificando o haciendo simples testeos. A pesar de que tras lanzar la excepción Python, muy gentilmente, nos pone a nuestra disposición un prompt libre para continuar con la tortura... No, decididamente, no: No queremos ver ahí ese texto en rojo advirtiéndonos de que somos humanos. ¿Qué podríamos hacer?
Podemos hacer un RESTART, de RE-START, es decir, RE-COMENZAR.



Para hacerlo nos situamos en la barra de menús y hacemos clic en la pestaña shell. Cuando lo hacemos se abre un pequeño cuadro de diálogo y seleccionamos la segunda opción: restart shell (a la derecha se nos muestran atajos de teclado, para quienes gusten de recurrir a ellos).



Y hacemos clic. Ahora ya tenemos nuestro SHELL dividido por una concatenación de símbolos de igualdad, que separa el código antiguo de un nuevo espacio libre donde recomenzar nuestro programa
o comenzar otro distinto. Por cierto que si hacemos clic en la pestaña windows y luego en zoom heights, podemos aumentar en altura (heights) nuestro SHELL. Haciéndolo una segunda vez se nos muestra en pantalla completa.




Por supuesto, podemos hacer un copy-paste de las líneas de código que nos interesen del primer programa e importarlas al nuevo prompt en blanco que nos ofrece restart.



La opción de restart resulta extremadamente útil cuando trabajamos con condicionales  y, por un error  u omisión en la programación, entramos en un bucle infinito. La mejor manera de "romperlo" es, precisamente, a través de restart.
Tenemos la opción de acudir a un atajo de teclado para recobrar la última línea de un código, aquélla que suele ser la causante del error, para recuperarla tras lanzar Python la excepción y modificarla sobre la marcha, a pesar de que sigamos teniendo enfrente el dichoso texto en rojo. Esta combinación de teclas puede ser, según tengamos configurado nuestro teclado, alt + p o alt gr + p.



IMPORTANTE: repite siempre la última línea de texto, aún cuando no se haya lanzado excepción alguna, tantas veces como usemos el atajo:


Dedicaremos más adelante una entrada exclusiva a los atajos de teclado en Python.


      Resumiendo: con restart, empezamos de nuevo a codificar todo nuestro script desde el principio, con lo que dejaremos atrás la excepción si lo que buscamos es un programa limpio, como un escrito sin borrones ni tachaduras. Con el atajo de teclas, alt + p, o bien, alt gr + p,  reescribimos junto al primer prompt vacío la última línea codificada antes de lanzarse la excepción (o la última línea codificada, haya habido o no excepción), permitiéndonos Python efectuar las correcciones pertinentes sobre ella sin necesidad de volver a escribirla toda, y proseguir tranquilamente con nuestro código.





VEREDA ENTRE CAMPOS DE LABOR HACIA EL INTERIOR DE LA LAURISILVA EN ANAGA, ESTE DE TENERIFE.